Su volante es derivado de un monoplaza de Fórmula 1 histórico
McLaren sigue dando pasos adelante en el desarrollo de su máquina de competición más potente jamás creada: el espectacular P1 GTR. Lo máximo de Woking sigue su desarrollo y ahora ha mostrado el puesto de mando: su cockpit.
Bajo la célula de fibra de carbono tomada directamente del P1 de calle (que, como aquella, apenas pesa 90 kilos y cumple los estándares de seguridad de la FIA) se ofrece un habitáculo despojado de todo lo superfluo y construido pensando, sobre todo, en aligerar peso. La única concesión: el aire acondicionado.
Así, los asientos deportivos inspirados en los de los monoplazas del DTM (con grandes sujeciones laterales para la cabeza como rasgo más característico) se crean individualmente para cada piloto y van fijados directamente al chasis. Por supuesto, disponen de un sistema de sujeción con cinturones de seis puntos y fijaciones para el Hans.
[widgetkit id=105]Pero quizá el rasgo más significativo sea su volante de competición, directamente inspirado en el de un monoplaza histórico de Fórmula 1: nada menos que en el del MP4-23 que Lewis Hamilton hizo Campeón del Mundo en 2008, el último auto campeón de McLaren. Cuenta con conmutadores en la zona central y los botones del IPAS (una especie de KERS que ofrece 179 caballos extra de forma instantánea) y el DRS del alerón trasero en las dos esquinas.
El programa de eventos (recordemos que el P1 GTR no está homologado para rodar en carretera) contará con seis citas el primer año en otros tantos trazados del mundial de Fórmula 1 donde un equipo de ingenieros y de asistencia velarán por los progresos de cada propietario y le ayudarán a sacar el máximo del súper deportivo inglés de forma individualizada.
